Vedette.
Natalia Herrera Díaz nació en La Habana, el 28 de mayo de 1923 y ya a los nueve años cantaba y bailaba en la compañía teatral Pedro Salvá.
En 1937 se presentó como cantante en La Corte Suprema del Arte y fue seleccionada Estrella Naciente. Un año más tarde hizo su debut profesional en el programa radial Rincón Criollo. Continuó su trabajo en radio y fue contratada por Obdulio Morales para trabajar en su compañía teatral, destacándose entre otras puestas, en la comedia musical Tambores.
En los años cuarenta mantuvo una rica vida artística: cantó con la orquesta Hermanos Lebartadt, trabajó en los Cabarets Edén Conset y Pensilvania; continuó su labor en las más importantes emisoras radiales del país y formó parte del elenco de la novela El Derecho de Nacer, de Félix B. Caignet, que se transmitía por la emisora CMQ.
Su talento era requerido en las principales producciones artísticas del país por ser una excepcional bailarina de rumb
a, además de una actriz capaz de navegar con igual desenvolvimiento en el drama y en la comedia.
En 1950, junto al maestro Ernesto Lecuona participó varios espectáculos. Salió de gira por Argentina, Brasil, Venezuela y Puerto Rico. En 1951 actuó en España, Italia, Francia y Marruecos.
La década del cincuenta fue pródiga: empezó en la televisión en el programa Humo del Recuerdo; cantó y bailó en comedias musicales de los teatros Blanquita y Martí, y trabajó en el show del cabaret del Hotel Flamingo de Las Vegas, EE.UU. Viajó a Venezuela, Colombia, Haití, Curazao, Ecuador, Perú y Santo Domingo. En Cuba siguió siendo muy popular por su rol de La Mulata en el programa La Tremenda Corte; fue contratada para trabajar en el Casino Parisién del Hotel Nacional y en otros prestigiosos centros nocturnos del país.
Viajó a Costa Rica y Panamá, en 1960, y en años sucesivos trabajó en inolvidables programas de televisión como Noche Cubana, Juntos a las 9, Teatro Cubano y San Nicolás del Peladero, además de ser protagonista indiscutible en la radio cubana de la época. Trabajó en los más deslumbrantes espectáculos musicales en toda la Isla y continuó actuando en teatros, en estelares televisivos y radiales.
Creó y dirigió una Brigada Artística dedicada a rescatar el teatro bufo. Participó en grandes comedias musicales, incluyendo los famosos espectáculos de Virulo en los años ochenta, época en la que también viaja a Angola y Etiopía en embajadas artísticas de Cuba.
Su paso por el cine ha dejado una huella inolvidable en filmes como "Recuerdos de Tulipa", "Reina y Rey", "Guantanamera", "Maité", "Zafiros, locura azul", "Las profecías de Amanda", "Tropicana, un paraíso bajo las estrellas", "Nada" y "Calor... y celos". También actuó en el documental "Divas por Amor".
En los noventa realizó varias grabaciones musicales junto al Conjunto Campo Alegre.
A los largo de su riquísima carrera artística, Natalia ha recibido varios reconocimientos, entre ellos la distinción Majadahonda de la UNEAC, la condición de Artista Emérita de la Radio y la Televisión Cubanas y el Premio Nacional de Televisión.
