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Ignacio Villa

Ignacio Villa

Biography

Ignacio Villa, “Bola de Nieve”

Nace en Guanabacoa, La Habana, el 11 de septiembre de 1911. Comienza a encausar sus inquietudes musicales en agosto de 1921, en la Escuela de Banda y Música de Guanabacoa, bajo la tutela del Maestro Eduardo Guanche, que lo introduce en el solfeo y la teoría. Asiste también al Conservatorio del profesor José Mateu; aunque en realidad sólo estudiaría piano algunos años. Desde muy joven realiza incursiones en el arte y contribuye a la economía familiar como pianista en las tandas de variedades del Teatro Central.

En 1927 matricula en la Escuela Normal para maestros, pero no puede continuar debido a medidas del gobierno de turno contra el estudiantado y los cambios educacionales. Por esos años integra la orquesta de Gilberto Valdés que actúa en el cabaret La Verbena, en el habanero municipio de Marianao. Durante una de sus presentaciones como pianista acompañante en el Hotel Sevilla Biltmore, Rita Montaner, otra grand e de la música cubana, se detiene a escuchar sus interpretaciones y mucho le admira el dominio técnico del joven.

Ya le llamaban “Bola” por su cabeza rapada y poco después, su amiga Rita Montaner le completa el sobrenombre artístico universal: “Bola de nieve”. Junto a Rita parte hacia México en 1933 y se presenta como solista en el Teatro Politeama, para iniciar su estela de éxitos en ese país que incluyó actuaciones en teatro, radio y cabaret. De México viaja a Estados Unidos en compañía de la Montaner y de otras figuras, entre las que se encontraba el mexicano Pedro Vargas. De regreso al país azteca se produce su encuentro con el Maestro Ernesto Lecuona y en junio de 1934 comienzan a trabajar juntos. Con la Compañía de Lecuona regresa a Cuba para actuar en importantes teatros citadinos.

También con la Compañía de Ernesto Lecuona viaja a Argentina por primera vez en 1936. Actúa en teatros, cabarets y emisoras de radio, y participa en la película “Adiós, Buenos Aires”. Al año siguiente visita nuevamente ese país, además de Perú y Chile.

Bola tenía una atractiva forma de hablar, lo que era notado inmediatamente por sus interlocutores y formaba parte de su carisma personal. Apuntaba Bola al respecto: “No soy exactamente un cantante, sino alguien que dice sus canciones, que les otorga un sentido especial, una significación propia para subrayar la interpretación. Me hubiera gustado cantar ópera, pero tengo voz de manguero (…) de vendedor de duraznos, de ciruelas, entonces me resigné a vender ciruelas en el escenario sentado al piano”.

En septiembre de 1947, fue contratado por la Compañía de Conchita Piquer para integrar un espectáculo de variedades y ofrecer recitales en diferentes ciudades españolas como Madrid, Valencia y Barcelona. Fue tan impresionante el triunfo que la gira se extendió a Zaragoza, Sevilla, Córdoba y Jerez de la Frontera.

Al año siguiente, Bola ofreció un concierto de música cubana en el famoso Cornegie Hall de Nueva York, y The New York Times le califica como una verdadera revelación, por su personalidad artística, comparándolo con el francés Maurice Chevalier y con el norteamericano Nat King Cole. Esa noche del 21 de noviembre de 1948, sin haber tocado aún, el público le tributó una ovación cerrada, y tras su ejecución tuvo que salir al escenario nueve veces.

En 1950, a pesar del intenso trabajo y los constantes viajes al extranjero, mantenía su programa “Gran Show de Bola de Nieve” por la CMQ Radio, en Cuba.

En 1951 y 1958 realizó varias giras por Francia; fue aclamado en París en la exclusiva Boite Chez Florence, y en Copenhague en 1953. Similares triunfos obtuvo en 1957 en Niza, Roma, Venecia y Milán, y posteriormente en Dinamarca y en España, donde grabó su segundo disco de larga duración para la firma Montilla.

Es el autor de hermosas canciones como “Si me pudieras querer” y “No dejes que te olvide”.

En 1965, a sugerencia de Bola, el restaurante “Monseñor”, situado en las Calles 21 y O del Vedado, en La Habana, fue convertido en el Chez Bola, íntimo lugar donde el insigne artista, además de cantar y tocar el piano dialogaba con el público. En 1969 realizó una gira por la antigua provincia de Oriente, presentándose en las ciudades de Holguín, Bayamo y Santiago de Cuba. Bola establece una hermosa tradición al ofrecer un recital de media noche en el Teatro “Amadeo Roldán” cada víspera del 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional en Cuba, y es precisamente en ese teatro donde realiza su última presentación pública, en homenaje a Rita Montaner, el 20 de agosto de 1971.

En estancia de tránsito por México, fallece el 2 de octubre de 1971. Su cadáver fue trasladado a Cuba y su sepelio acompañado de numeroso público. Su gran amigo Nicolás Guillén, Poeta Nacional, despidió el duelo.