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Santiago



Cuando se habla de hospitalidad en Cuba, siempre se piensa en Santiago. En Santiago reina la alegría, el buen amigo y la disposición para acoger afablemente al visitante que desea descubrir los secretos de esta villa caribeña. Cuna del SON y de reconocidos soneros, esta tierra es preferida, desde tiempos inmemorables, por la música y el ritmo.

Bromista y amante de las fiestas, el pueblo santiaguero siempre ha sido ideal para festejos imprevistos e interminables, su carácter jovial es resultado de la herencia africana y española de sus antepasados y un poco del toque antillano de su geografía.

Fundada el 25 de julio de 1915, Santiago fue una de las primeras siete villas establecidas en Cuba por el Adelantado Diego Velásquez. Desde su surgimiento se convirtió en capital de la Isla antes que esta condición perteneciera definitivamente a La Habana. Pasado y presente se combinan en Santiago como lo hicieron las distintas culturas que dieron origen a esta tierra encantada. Desde su remota vigilia de siglos, antiguas construcciones hacen guiños licenciosos a la nueva ciudad surgida en la villa que vio reverdecer la conquista y a la vez conquistó espacios para su historia. Ciudad de memorias y luchas revolucionarias, Santiago es, por tradición, la Ciudad Héroe de Cuba.

Un día en Santiago...

Visitar Santiago revitaliza el espíritu. Costumbres, historia, naturaleza, religión, encuentros, baile y algarabía se unen para hacer cómplice al viajero de esa mezcla indisoluble que conforma la savia santiaguera.

Despertar en una ciudad protegida por montañas y dar los buenos días a esa tierra caliente y a sus pobladores, es un buen modo de amanecer en Cuba. Salir a caminar sus calles, sus parques; recorrer su historia y sus museos es bueno para comenzar. Con el sol a punto, Santiago espabila sus deseos refrescando el aliento con un frío pru oriental (bebida hecha de raíces) que reanima el alma e invita a redescubrir la villa.

El centro de la ciudad tiene entre sus preciadas joyas la casa que perteneciera al adelantado Don Diego Velásquez, una construcción del siglo XVI que conserva intactos los fantasmas de la época y la Catedral que, además de mostrar su imponente magnificencia al viajero, acoge en su interior el único museo eclesiástico de Cuba.

Pero, hay más en Santiago. El Parque Baconao es un lugar de recreo ideal para el refugio y el esparcimiento. Reserva de la Biosfera, este sitio tiene, en sus 80 mil hectáreas, diversidad de posibilidades para pasearse, más que un día, unas buenas vacaciones: hoteles, playas, restaurantes, un delfinario, centros de buceo, monumentos históricos. El Valle de la Prehistoria: habitad de más de 200 ejemplares jurásicos esculpidos en piedra. El Museo del Automóvil: una amplia variedad de coches antiguos y réplicas en miniatura. El Cafetal La Isabelica: un sitio con historia donde pasar un agradable momento saboreando una humeante taza de café cubano.

A 16 kilómetros de Santiago está El Cobre, un pequeño pueblo con una gran historia. Las grandes minas de cobre a cielo abierto, en explotación desde 1550 y una importante sublevación ocurrida durante el siglo XVIII, son de los motivos que engrandecieron al cobre pero, además, y por encima de todo, existe una Virgen y una leyenda: la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba. La Virgen de la Caridad habita uno de los altares más reconocidos y visitados de la isla, su fama milagrera recorre el país y todo el que la visita se lleva consigo una piedrecita del energético mineral y la esperanza de regresar algún día a agradecer el milagro concedido.

La noche en Santiago tampoco escapa a la alegría y al baile. El cabaret Tropicana Santiago apresa la nocturnidad de esta oriental provincia, reviviendo el alma santiaguera con música, bailes, pregones y danzas.

El descanso, por pequeño que sea, también tiene reservado un espacio en Santiago de Cuba: una completa infraestructura hotelera que da la oportunidad de escoger el entorno de sus amaneceres o madrugadas. Hoteles de naturaleza confortable y acogedores, convierten a esta ciudad en un refugio para unas estupendas vacaciones.

Mas probablemente el mayor encanto de Santiago, radica en su música, adherida a cada poro de sus habitantes y evidente en la cadencia del hablar y del andar cotidianos de los santiagueros. Esa tierra del Oriente Cubano, es una expresión auténtica de la cultura musical de la Isla, pródiga en compositores, trovadores, soneros y boleristas. Connotados músicos, cuya obra es patrimonio de la nación y del mundo, como Miguel Matamoros, Sindo Garay, Compay Segundo, Pacho Alonso, Lorenzo Hierrezuelo, y Eliades Ochoa, por sólo citar algunos, han dejado para siempre la certeza de que “el son es lo más sublime para el alma divertir”, placer que se multiplica en la indómita ciudad de Santiago de Cuba.