Nuevos Álbumes

El Punto



La expresión musical por excelencia del hombre del campo cubano tiene una marcada ascendencia de origen español con la presencia de canarios en los inicios de la colonización.
Desde el punto de vista literario, la música campesina cubana presenta una estructura singular: la décima, una composición poética que presenta un primer período de cuatro versos seguido de otro de seis versos.
Letra y música se conjugan armónicamente para expresar el canto, que presenta una línea melódica conocida como tonada, su conjunto instrumental está formado por laúd, guitarra, tres y claves, y se encuentra enmarcada en el contexto de EL PUNTO.
EL PUNTO, nombre que designa al canto del campesino cubano, presenta dos estilos: punto libre y punto fijo, El punto libre tiene una línea melódica muy fluida, de medidas flexibles y de aire lento. Los instrumentos sólo pueden ejecutar algunos rasgueos o perseguir al cantante con algunos punteos, y las claves no pueden acompañar.
El punto fijo se caracteriza porque el cantor conserva un mismo aire y una medida exacta, por lo que el acompañamiento de la guitarra y el laúd son métricamente estables, además de que se utiliza la clave.

Otras variantes del punto son las que han llegado a conocerse por punto espirituano y punto matancero; también el estilo de la seguidilla, consistente en cantar varias décimas seguidas, sin interrupción, usando una tonada que puede, en cualquier momento, cortar una palabra. En esta forma era usual narrar cuentos en décimas, sin parar, y casi siempre sobre motivos fantásticos e incongruentes.
Otra variante del punto fijo es el punto cruzado, consistente en cantar sincopadamente sobre el acompañamiento.
El símbolo por antonomasia de la creación decimera cubana es Juan Cristóbal Nápoles Fajardo “El Cucalambé”